Escucha. ¿La escuchas? La música está a tu alrededor todo el tiempo. Las bocinas de los coches. El chirrido de la puerta de casa. El ladrido del perro del vecino. El crujido de tu comida en la boca. La cadencia de cada conversación.
No es necesario practicar el canto para practicar la escucha. Abrir los oídos puede ser una experiencia verdaderamente espiritual y artística. Todos los sonidos que oímos son sólo vibraciones del aire.
Sin embargo, estas vibraciones tienen el poder de hacernos pensar, sentir, actuar, reaccionar y amar. No limites tu vida auditiva sólo al canto y la música.
Todo lo que tenemos que hacer es abrir nuestros oídos y nuestros corazones. ¡Las respuestas por las que has estado rezando podrían estar en el aire ahora mismo! Escucha.
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