El pánico escénico, conocido también como miedo escénico, es un estado personal que reduce la efectividad comunicacional. La persona no consigue expresarse como realmente sabe porque hay un miedo que le frena. Es un estado que puede afectar a cualquier persona en cualquier ámbito. Y, por desgracia, en actuaciones musicales es más común de lo que nos gustaría.
Las sensaciones que se presentan cuando sufrimos pánico escénico se pueden sentir de diferentes niveles:
Fisiológico: sudoración, alteración de la frecuencia cardíaca, dolor de cabeza, malestar estomacal, escalofríos…
Psicológicas: confusión mental, auto exigencia, miedo… que nos conducirán a escapar de la situación, tartamudear o tener silencios frecuentes o largos.
Las razones por las que sentimos pánico escénico son muy variadas y cada persona las puede vivir de diferente manera. Muchas veces nos sentimos inseguros por desconocimiento en la materia, otras por falta de experiencia o por falta de conocimiento de nuestras herramientas vocales, y, las que más nos afectan, las inseguridades propias.
Por ello, es importante trabajar el miedo escénico. A continuación te daré unos consejos a poner en práctica para ayudarte a superarlo.
1. Exponte más, poco a poco. Es importante aumentar de manera gradual el número de personas a las que expones. Por ejemplo, podemos comenzar cantando delante de tres personas e ir aumentando esa cifra, hasta llegar a 10 personas, luego cantar delante de 50 y así progresivamente hasta hacerlo delante de muchas personas y, por qué no, delante de un teatro entero.
2. Es importante tener conocimientos sobre técnicas vocales y demostrarlos, por lo que tendrás menos inseguridad a la hora de cantar ante un público. De esta forma, sabrás cómo controlar tu voz, porque la conoces y saber cómo funciona.
Esto es algo que pasa en todos los ámbitos, por ejemplo, una profesora de inglés también tendría inseguridad de dar matemáticas si no sabe esa materia, ya que no tiene conocimientos sobre ello y no podrá exponerlos de la misma manera que haría con el inglés.
3. Seguir practicando para ir escuchándote mejor: Por mucho que trabajemos en nuestra seguridad, lo que sí que es cierto, es que cuánto más trabajamos nuestra voz, más se afina nuestro oído, y es lógico que va a percibir mejor cuando algo suena mal o bien.
Sigue trabajando para que tu voz se vuelva más experimentada y así tu dominio será mayor. Recuerda, tu oído sabe captar la calidad de lo que escucha, al igual que tú.
4. Cuestión de actitud: Piensa en positivo y recuerda que, si te equivocas, estás en tu derecho de hacerlo, puesto que estás trabajando en ello y todas las experiencias de la vida nos darán lecciones sobre nuestro trabajo. Nunca dejamos de aprender.
Por otro lado, ¿qué es lo peor que puede pasar si te equivocas? Nada, la vida sigue.
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